Recorría las fotos y con ellas los recuerdos que implican, las acciones que hemos vivido juntos y que hemos visto a la distancia (ni modo, así es la vida)...
Llegué a la última foto, en la que Mikel camina con paso firme hacia una distancia, hacia un bosque, hacia la vida. Ansiosamente busqué la siguiente foto y me encontré el primer ultrasonido, marcandolo con cuatro flechas como "embrión"
Fue un shock, pero positivo y, al mismo tiempo, muy significativo.
la ridícula levedad de la soltería
Hace 14 años
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