jueves, 29 de mayo de 2008

Mikel Marcelo

Será vivir una gloria que a mi me corresponde de refilón, pero al final de cuentas, Mikel Marcelo es parte de mi historia y nosotros somos parte de la suya.

Recuerdo perfecto el lunes 29 de mayo de 2006, ya estábamos esperando la fecha final, el momento en que por fin podríamos ver a Mikel Marcelo, la espera estaba por llegar a su fin y a empezar la segunda parte de la historia... Obvio yo no esperaba que todo fuera tan rápido!

Estaba en un estúpido entrenamiento de medios cuando recibí la noticia de que mi Sis se quedaría ya en el hospital porque mi sobrino nacería hoy, definitivamente salí con calma de ese lugar en el que no estaría concentrado y me dirigí al hospital, para llegar y ver a mi hermana camine y camine en el cuarto en el que nació el bebé... yo estaba entre nervioso, asustado, emocionado, preocupado, alegre, dubitativo... pero eso si, no estaba listo para sentir tanto amor en mi y al mismo tiempo hacia mi, para emocionarme tanto, preocuparme tanto, cambiar mi vida de esta manera...

A eso de las 5 de la tarde la tensón ya era evidente... llovía, yo pensé que sería una gran manifestación que el bebé naciera en medio de una tormenta, pero no fue así, nació un poco después de que dejó de llover.

Y la historia empezó ahí, nació una cosita maravillosa, ¡lo vimos por primera vez! sus ojitos cerrados (los que ahora se abren y consumen deliberadamente rápido todo, lo asimilan, lo entienden, lo transforman en sus referentes presentes que en poco serán pasados, los que se llenarán de lágrimas de amor, de desesperación, los que grabarán para siempre esa imagen de alguien especial), su boquita (la que ya no se callará, la que gritará con furia, con emoción, la que besará, morderá, deleitará, la que poco a poco ha estado articulando más palabras y por lo tanto más acciones), sus manos (las que fueron sus armas primeras y últimas, las que serán parte de la construcción de su mundo y la destrucción de otros, las que acariciarán, sentirán y harán sentir), su naricita chata (la que lo dejará percibir un mundo diferente, la de los "ketecos", la que sin entenderlo le hará evocar muchas cosas, la que lo guiará ante alguien, igual, sin entenderlo), sus piernas (las que lo llevarán a todos lados, lo sostendrán y lo impulsarán, con las que correrá y brincará todo, las que abracen, las que sean abrazadas, las que no se detendrán nunca) y todo el conjunto de emociones que se han venido acumulando en estos dos años de convivencia, de aprendizaje y definitivamente de reinterpretación personal y familiar.

Recuerdo que estábamos esperanzados en darle un país campeón del mundo (ni pex! Siempre hemos sido muy soñadores), un régimen social que fuera precisamente eso… social, un planeta menos caliente y todo lo que se apareciera en el camino… no me he dado por vencido! Le he estado dando un poco de lo que he aprendido, le daré un mejor mundo porque él vivirá en un mundo mejor, por ser mejor.

Hace poco me preguntaron que quién puede sacar lo mejor de mi, no lo dude un segundo y afirmé orgulloso que Mikel (y cada vez que digo su nombre, lo oigo claramente llamándome con el sobrenombre que por alguna rara razón me puso: Kikí), y sin duda es una verdad contundente, ahora las cosas tienen el maravilloso cristal de esa infancia que estamos reviviendo todos y construyendo a su lado; y ver las cosas con el cristal de la infancia, hace que salga lo mejor de ti.

Esta historia no parará, y cada vez será más grande, cada vez tendrá más cosas y cada vez que la escriba (o describa) volveré a llorar, me emocionaré nuevamente, sentiré ese miedo. Como dijera Serrat nada ni nadie evitará que sufra, me encantaría hacerlo… pero el niño debe rasparse las rodillas, debe llorar de dolor, debe caerse y levantarse… porque es la única forma de aprender y crecer para ser el ser humano que, quizá, viva en un país campeón del mundo, o instaure un régimen social que sea precisamente eso… social.

1 comentario:

PHISH dijo...

Carnal, definitivamente creo que esta es una de las más grandes alegrías que te ha dado la vida, y en efecto, puedo ser testigo que Mikel es el ser que puede y ha sacado lo mejor de tí... Ojalá sea posible entregarle un mundo más o menos decente para que él ponga su granito de arena y lo vaya mejorando. Excelente reflexión mi hermano y gran forma de transformar pensamientos en palabras... Un abrazo...