viernes, 29 de mayo de 2009

El número Tres

No se si sea realmente cabalístico o si yo, en mis múltiples alucinaciones, lo considere la mitad del infinito, pero hoy Mikel cumple tres años y para mi es un momento cabalístico.

Volví a leer esto que escribí el año pasado. Volví a sentir esa emoción, volví a sentirme conmovido. Las palabras han cambiado, ya no soy "Kiki" para él, ya soy "Tío", ya no son "ketecos", son "mocos".

Su abuelo le enseña a jugar ajedrez, sabe bien como se llaman todas las piezas, pero a los peones les llama "Copones"; saben dónde se colocan, ¡pronto sabrá cómo se mueven! Su abuela le hizo un juego de calendario que se llena de estrellas cada vez que el pañal de dormir amanece seco o que come solo... Lee varias palabras, otras las sabe sólo de memoria.

Ama a Cri-Cri y tiene un temperamento como pocos, es berrinchudo, es orgulloso, es fuerte y es contundente. Está obsesionado por las piñatas y las dibuja en todo momento. Empieza a dibujar formas humanas, entiende las diferencias. Habla con "Fet", un ser imaginario que siempre va a ir a casa a las 11... ¿o será a las 7? Murió su Pez y se puso triste, ya no lo extraña.

Canta mucho, canta todo, es musical... Canciones viejas que canta como si fuera parte de una "barra futbolera". Recuerda a sus bisabuelas (seguramente más inducido que espontaneo)... probablemente las vaya olvidando con el tiempo, o se genere una imagen ideal de ellas.

Sigue viendo todo con ansiedad, como con hambre por poseerlo, por entenderlo y hacerlo parte de él. Sigue disfrutando, sigue durmiendo. Ya no es más "bebé", ya es Mikel Marcelo A. Osorio (que lo pronuncia raro) "EL OSITO" (porque así decidió apodarse él solo), ya es un niño grande que en realidad no sabe lo grande que es al ser tan pequeño.


Hoy Mikel cumple tres años, puedo estar cerca de él y hablarle por teléfono. La historia está creciendo cada vez más y al mismo tiempo se amplía, se llena de otras posibilidades, de momentos que serán sorprendentes de acuerdo a como los imagino, pero que al mismo tiempo seguro serán diferente a como los imagino y eso es la magia que una pequeña personita, con todo el carácter, con toda la fortaleza, con todo el coraje, con todo el amor, con toda la ensoñación, con toda la inocencia, con toda la vida, nos está transmitiendo y enseñando.

3 comentarios:

Elisa dijo...

No todos tenemos la oportunidad de ver crecer a alguien que queremos tanto y, claro, crecer con él. Disfrútalo mucho: lo que vivas hoy con él, son recuerdos que nadie nunca te va a poder robar mañana.

Mario Osorio dijo...

Pues sí, es vivificante (sólo por adjetivar)Ya sabe que el Rey camina despacio porque está viejito, que la Reyna corre por filas, columnas y diagonales, aunque este último concepto aún no lo asimila, por tanto suele equivocarse en el movimiento de los Alfiles, pero no tiene ningún problema con las Torres. Pronto empezará a aprender el movimiento del Caballo, algo complejo hasta para ciertos jugadores y luego las maneras de "tomar" o "comer" las piezas. No quisiera enseñarle que hay que "Matar" al Rey, ¿lo dejo en inmovilizar? Felicidades por tus reflexiones.

Anónimo dijo...

Logro ver que el número tres dice.... ajá.... aflora sentimiento paternal... la casa de los hijos... mmmmm que interesante, luisito!

...almond...